Un niño
ignora que es feliz hasta que crece.
O, bien mirado,
es el adulto quien recrea el pasado
en clave de felicidad
y lo mitifica, cuando un crío
vive el presente llorando, riendo, depende…
Y es desgraciado
en el transcurso de un instante infinito
y el rey del mundo inmediatamente después.
El tiempo
puede convertir en piedras preciosas las heces.
El corazón
desea creer en la improbable Edad de Oro.
El hoy
que cierra puertas y te acorta el camino,
pintado
de rosa te deja siempre el pasado.
La época rosa nace cuando la cose
con hilo y aguja la época gris
a la memoria.
Unos amantes
tiernos y jóvenes –vaya, unos debutantes-
suelen soñar
en el mañana, en un futuro limpio y claro,
cuando el mundo les sonreirá
como nunca ha sonreído. Pero los años
traerán desgaste, rutina y desengaños
y crecerá
en ellos la nostalgia de un mundo mejor,
el mundo del primer beso.
El tiempo…
Un cantante
a quien nadie escucha sobrevive pensando
que llegarà el
día en que su talento estallará
a los ojos del mundo como un volcán.
Pero con el éxito también llega el miedo
de ser olvidado y, en plena ovación,
añorará
las vacas flacas y el frío de la calle,
cuando todo estaba por hacer.
El tiempo…
La época rosa nace cuando la cosa
a la memoria la época blues.